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jueves, 4 de abril de 2013

El Aula

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El aula de primaria debe ser el lugar ordenado, pulcro, ventilado, ornamentado, espacioso y seguro donde cada docente inspira a sus discentes y viceversa, en la búsqueda planificada o inesperada de las ciencias, las artes y/o la recreación para la obtención gratificante de conocimientos y habilidades acorde al estadio cognoscitivo del individuo, currículo y -suele ocurrir- competencias establecidas pertinentemente por el maestro o maestra.

A ella hay que llegar con bolsos livianos, con pocos cuadernos pero mucha curiosidad, con la adecuada higiene -indispensable para el autoestima de las y los estudiantes- para encontrarse con una o un docente que si quiere estar ahí, que esta feliz y además lo demuestra.

Desde que empecé en la educación  era de los que pensaba y además lo ponía en practica en mi aula "estudiante sonriendo, estudiante que esta aprendiendo", y eso se mantiene vigente en mi manera de abordar la practica docente, no obstante, cuando la niña o el niño  realiza el proceso de desmontar y montar sus propios paradigmas, pueden exhibir desde sonrisas, "un fruncir de ceño" o "un índice en la barbilla", entre otras manifestaciones -sin duda- espontáneas.

Para esto, el aula debe estar armoniosamente colorida, con carteleras, afiches y periódicos murales  que den sentido de pertinencia y pertenencia al colectivo sin llegar a bombardear los espacios, con estantes abiertos para facilitar de materiales e implementos para realizar las actividades que den razón de ser a la nueva e inolvidable jornada académica.

Al aula hay que respetarla, a ella no deben llegar a destiempo docentes, especialistas, estudiantes, padres, representantes y tantas circulares, además de visitas no esperadas ya que rompe el misticismo por alcanzar o alcanzado en el día a día.

Su olor debe ser agradable y variado, estimulante, que desde esa simple experiencia sensorial se rompa la rutina, el y la estudiante disfrutará de entrar en ella y hasta los representantes querrán regresar.

A veces tiene paredes y en ocasiones tiene techo, el suelo en circunstancia sirve como pupitre, silla y mesa, no por carencia sino por elección.

En ella se ríe, reflexiona, se hace justicia, se crea, convive, rompemos la timidez, decimos por ultima vez "no puedo", jugamos, extrañamos, amamos la patria, nos despedimos y reencontramos para festejar la vida.

Sin duda el aula es una dimensión, en donde suponemos estar sentados mientras nuestras almas astralmente se nutren de la creación de Dios.

1 comentario:

  1. hola profesor la pajina es muy buena soy un estudiante de
    5to b

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