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jueves, 31 de enero de 2013

Una Efímera Creación Institucional


    Existen varias especialidades académicas en las instituciones, como: Educación Física y Deporte, Música  Informática,  Ingles, Artes Plásticas, Proyectos Productivos (Manos a la Siembra), inclusive Danzas o Cultura. No obstante, había notado que muchos estudiantes con talentos, capacidades o simplemente gustos personales no eran satisfechas, en vista a la gran matricula que corresponde atender a docentes de aula y especialistas.
Muchos niños y niñas dejan sus sueños en la cama, para afrontar diversas calamidades de tipo familiar y económica que sin duda acompañan y en muchas ocasiones originan deficiencia en sus habilidades y destrezas escolares. Faltaba un ente que atendiera de manera individualizada así como lo hace la Modalidad de Aulas Integradas, pero bajo otra premisa: "estimular al discente a desarrollar su genuino y/o autentico potencial, fortaleciendo su autoestima en el marco de un correcto sistema de valores".
Un día  trabajaba en compañía de mis estudiantes en la fundación de una huerta ubicada en un lugar baldío de una institución. Mi alegría por haber ganado un encuentro de saberes recientemente había generado una verdadera energía renovadora hacia mi profesión como docente, emprendiendo con mis entusiastas brigadistas ecológicos metas mas ambiciosas para el beneficio de toda la comunidad del aprendizaje.
A la distancia, un directivo me observaba sin que este servidor se percatara y en instantes me llegaron varios comentarios de elogios que dicho superior había hecho hacia este docente quien les esta escribiendo.
Pasaron los días, olvidada aquella anécdota, fui llamado a una reunión muy informal pero emotiva por parte de mis directivos quienes manifestaron con palabras mas, con palabras menos, algo así: "A veces lo vemos trabajando bajo aquel sol, con sus implementos de campo y consideramos que usted es un recurso que puede dar mas en otras áreas académicas, ¿Por que no nos hace una propuesta en donde usted pueda dar rienda suelta a todo su potencial".  Aquellas palabras sin duda, era un reconocimiento y un gran espaldarazo que jamas olvidare.
Trabaje durante 4 o 6 meses en la elaboración de un proyecto, una creación institucional fundamentada en las necesidades de la comunidad que permitiera realizar sin restricciones, actividades pre vocacionales, estimulantes y sin duda novedosas para todo el colectivo de niños y niñas de aquella escuela, al cual por un breve momento lo denomine Centro de Ciencias, Tecnología y Educación Ambiental, así como se muestra en el logo que encabeza este reportaje.
Presentada la propuesta y aprobada en aquel plantel, tuve que guardarla durante un año escolar por restricciones provenientes de una instancia superior. En lo personal, el desanimo pesó sobre mi como un niño al ver una pizarra horrorosamente llena de fonemas.
Finalizado aquel año escolar, el mismo directivo había buscado la manera de convertir en realidad el Proyecto al cual ahora yo había renombrado acertadamente "Creación del Centro de Ciencias, Tecnologías y Artes".
Se iniciaba un nuevo año escolar y desde el primer día  trate de trabajar a pesar del gran entusiasmo, con mucha discreción y cada día los niños y niñas daban a tan noble emprendimiento mas sustancia de la proyectada en el papel, todo se realizaba desde un cubículo aun en construcción gracias a la autogestión realizada desde hace un año escolar.
Pocas semanas pasaron y muchos acontecimientos extra académicos se suscitaron, dos nuevos equipos directivos fueron designados por un ente superior, el primero apoyo la propuesta y el segundo sin solicitar la revisión del proyecto, sin hacer ninguna supervisión, decidió desde su escritorio la disolución de aquella creación institucional, manifestando su intención de verme como docente de aula,  para luego designarme nuevamente como docente especialista de Proyectos Productivos.
Solo quedo aquel  proyecto y aquel recuerdo.

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